Juan Carlos Rodríguez (Ph.D., Programa de Literatura, Duke University, 2007) es profesor asociado de español en Georgia Tech, codirector del Centro de Estudios Globales de Atlanta y coeditor de las colecciones de ensayos New Documentaries in Latin America (Palgrave, 2014) y Digital Humanities in Latin America (University Press of Florida, 2020). También es coeditor de una serie de libros, Reframing Media, Technology, and Culture in Latin/o America, para University of Florida Press. Su investigación se centra en los documentales latinoamericanos desde perspectivas basadas en la sostenibilidad, la teoría crítica, los estudios urbanos y ambientales y las humanidades digitales. Como educador y académico, Rodríguez tiene una sólida trayectoria de compromiso comunitario. Es el director fundador del Festival de Medios Globales de Georgia Tech: Sustainability Across Languages and Cultures. Su proyecto público de humanidades digitales Vieques Struggle: A Digital Video Archive, es una colección de entrevistas en video que cuenta la historia de la desmilitarización en la isla de Vieques en Puerto Rico. Utilizando materiales del proyecto Vieques Struggle, acaba de completar su primer largometraje documental, Vieques: archivo vivo, que cubre la historia de Vieques antes y después de la salida de la Marina de los Estados Unidos (US Navy) de la isla en 2003.

Juan Carlos describe este trabajo de la siguiente manera: “Vieques: archivo vivo es un viaje de la escucha en el cual se entrelazan los testimonios de la comunidad y mis propias reflexiones como testigo y cineasta. He acompañado al pueblo de Vieques durante muchos años, prestando atención a sus sufrimientos y frustraciones, a sus planes, a sus sueños y a sus dudas. En este documental, las voces de los viequenses, así como la mía propia, emergen y evolucionan a partir de esta práctica de escucha. Ser testigo del proceso de desmilitarización mientras acompañaba a la comunidad de Vieques me permitió establecer un fuerte vínculo de confianza. Soy la mejor persona para contar esta historia porque es la historia de mi relación con la comunidad de Vieques. Por lo tanto, no pretendo representar al pueblo y su historia, sino más bien la evolución de mi diálogo continuo con ellos, así como todas las lecciones que he aprendido en ese proceso.
La banda sonora ha sido diseñada como un diálogo continuo entre las voces del pueblo de Vieques y la del cineasta. Las imágenes muestran gestos, ofrecen comentarios poéticos y evocan atmósferas que oscilan entre lo anodino y lo surrealista. Emulando los metadatos recopilados a lo largo de los años, el diseño gráfico subrayará la importancia del archivo.
Al igual que otras películas sobre memorias colectivas, esta película se centra en los cambios históricos que tienen lugar durante un largo período de tiempo. La película desarrolla un enfoque longitudinal para examinar estos cambios. La coherencia visual de este enfoque se logra mediante la yuxtaposición de imágenes antiguas y nuevas de los mismos lugares y las mismas personas, incluido el cineasta, filmadas en diferentes momentos y con diferentes tecnologías (Super VHS, MiniDV, iPhone, 4K, drones), para hacer visibles los cambios que se producen en la vida de Vieques, así como los cambios del proceso documental. Mientras vemos cómo el proceso de envejecimiento transforma la apariencia de nuestros protagonistas, también presenciamos la vulnerabilidad o desaparición de algunos lugares. Algunos lugares de la memoria que filmé en 2004 ya no existen y otros están en ruinas. Una imagen clave que simboliza las promesas incumplidas de la desmilitarización es la del Hospital de Vieques: estaba cerrado en 1998, cuando la Marina todavía estaba en Vieques; estaba abierto y en funcionamiento en 2004, un año después de la partida de la Marina; sufría severos daños en 2018, provocados por el paso del huracán María en 2017; y fue demolido en 2022.
Mi enfoque visual longitudinal está inspirado en la práctica documental autobiográfica de Patricio Guzmán. En esta película, examino un archivo personal de imágenes recopiladas, pero este archivo personal es también un archivo comunitario que cobra vida en los gestos y las voces de los viequenses. Por tanto, la película es una autoetnografía en dos sentidos: es una reflexión sobre la vida del cineasta y sobre las luchas del pueblo de Vieques. Mientras exploro los viajes emocionales de los viequenses, también exploro mi propio viaje emocional a través de la historia de Vieques.”
En su estilo, el documental pertenece al conjunto de obras del cine autobiográfico tales como Sherman’s March, La televisión y yo o Los Rubios mediante la interacción de la presencia en pantalla y fuera de pantalla del cineasta y el uso de la voz en off en primera persona. El registro poético de mis reflexiones en voz en off aporta a la película un tono coherente con la poesía del pueblo de Vieques. En Vieques: archivo vivo pongo mi propio cuerpo en juego, un enfoque que difiere de otras películas que dependen completamente de la voz incorpórea de un cineasta ausente, que no aparece en pantalla.